Advaita, buda y la totalidad
Balsekar, Ramesh S.FICHA TÉCNICA
- Editorial: Trompa de elefante
- ISBN: 9788493565992
- Colección: Biblioteca Advaita
- Fecha de edición: 2010
- Nº edición: 1.ª
- País: España
- Idioma: Español
- Encuadernación: Rústica
- Medidas: 14 x 21 cm
- Nº páginas: 172
Advaita, buda y la totalidad
Balsekar, Ramesh S.
Formato papel
[AGOTADO TEMPORALMENTE]
pvp.13,00 €
En esta obra, el discípulo de Nisargadatta Maharaj y devoto de Ramana Maharshi Ramesh S. Balsekar (1917-2009) muestra cómo vive en sociedad un sabio, cómo participa en la vida tan activamente como cualquier otra persona, cómo disfruta de los placeres y sufre con los reveses que se le presentan, y todo ello sin orgullo, culpabilidad, odio, envidia o celos.
Con un estilo sencillo y cautivador, Balsekar subraya que la búsqueda espiritual es sobre la vida y para la vida tal y como la conocemos, que no se da en ningún otro lugar, o tiempo, o cuerpo. La búsqueda sucede y es útil «aquí y ahora».
El deslumbrante y provocador diálogo que Ramesh mantuvo a lo largo de varias jornadas con un monje budista practicante desvela que la esencia de sus enseñanzas radica en un mensaje compartido: en palabras de Buda: «Los acontecimientos suceden, las acciones se llevan a cabo, pero no hay ningún hacedor individual»; en palabras de Ramesh: «Nadie hace nada».
Todo está siendo hecho por la Totalidad.
Ramesh S. Balsekar
(1917-2009)
Ex presidente de un banco, jugador de golf, casado y padre de familia... la descripción de Ramesh Sadashiv Balsekar no encaja con el estereotipo de guru indio.
Nacido en Bombay el 25 de mayo de 1917, estudio en la London School of Economics y trabajó en el Banco de India, del que llegó a ser presidente hasta su jubilación, a los 60 años. Entonces, conoció a Nisargadatta Maharaj y, nada más escucharlo, supo que él sería su guru: comenzó a traducir sus charlas y no tardó en experimentar la comprensión suprema.
Desde ese momento -y hasta su muerte, en septiembre de 2009-, Balsekar enseñó advaita a buscadores de todo el mundo. Su historia personal y su nivel cultural sumados a su enorme capacidad de comprensión lo convirtieron en un maestro ideal para establecer vías de comunicación entre oriente y occidente.
Su sabiduría y su peculiar sentido del humor, presentes en todas sus obras, le sirvieron para exponer sus enseñanzas de una forma clara, precisa y fácil de comprender.