Nací y crecí en Barcelona en 1994, aunque pasé todas las vacaciones del calendario escolar con mis abuelos en un pequeño pueblo de Huesca.
Crecí, aprendí y el amor y la vida me pasaron por encima. Aunque no estoy segura de que fuera en ese orden. Así que desde entonces he intentado reconstruirme con lo que he ido encontrando, dentro y fuera de mí. Soy como una bolsa que contiene las piezas perdidas de diferentes puzzles y que milagrosamente encajan las unas con las otras.
Cuando la rutina me ahogaba más de lo que estaba acostumbrada a soportar, decidí meterme en un avión e irme a Rumanía a hacer un voluntariado. Terminaron siendo 3. Fui para cuatro meses y me quedé casi 3 años. La vida.
Escribir era mi refugio y se convirtió en el modo de poner en orden lo que me pasaba por la cabeza y el corazón. Hasta que perdí las palabras, o las usé tanto que las gasté.
Pero volvieron poco a poco y me acunaron en la sensación de sentirme en casa.