Cristina Candela

A los 17 años me fui con un amigo, muy poco dinero y un monociclo a vivir a Londres. A los 18 años me hice un tatuaje que juré nunca escondería por un trabajo. A los 20 años cuando vivía en Granada descubrí el baile flamenco. Pocos años más tarde buscaba maquillajes especiales que cubrieran tatuajes para mi primer trabajo en una compañía de baile. Maquillarme los tatuajes me enseñó que las verdades absolutas te las acaba comiendo. Hoy con 43 años puedo decir que me he comido unas cuantas. También me he hecho 6 tatuajes más, he vivido en un camión, unas cuantas fábricas, alguna mansión, he viajado y vivido en varios continentes, me ha gaseado la policía, no bailo en compañías, pero no he parado de bailar por diferentes países y escenarios. También me dedico a hacer vídeos y cuando nadie me ve escribo.


No tenemos ninguna película con esas condiciones.