Nacido en tierras germanas, hijo de dulce gallega y andaluz pendenciero. Criado al suroeste de España junto a la raya lusa, en tierra de conquistadores y «santos inocentes». Aún muy joven recalé en tierras vizcaínas, donde abunda la gente noble pero también tenía su morada la serpiente. El fétido aliento del reptil me persiguió de cerca llevándose con su letal mordedura, entre otros muchos, al mejor amigo que nunca podría tener, más que un hermano. Se lo llevó a él y se llevó mi capacidad de perdón. Luego, la deriva de la vida me llevó a la Villa y Corte, al Madrid centrípeto y multicultural, donde algún jirón de piel quedará por la Gran Vía. Finalmente y hasta la fecha, vivo en el Norte, pero en otro norte más amable y dulce, de gaita, carbón y sidra. Aquí planté mi arbusto de flor de Alba, que crece envejeciéndome. La vida no me ha tratado muy bien y creo que, muchas veces, he respondido con la misma moneda. Siempre escribiendo y desvariando, con mayor o menor fortuna, en redes y en privado. Autor de Versos a degüello, (Ediciones Camelot 2018), crónica poética de un tránsito por el cáncer.
