A Jerónimo Bosch bien se le puede llamar el pintor misterioso pues en realidad es muy poco lo que se sabe de él. Así, los historiadores de arte que desde tiempos antiguos se han ocupado de ese pintor, solo han promovido discusiones acerca de sus orígenes y los escasos datos de su vida.

Una de las razones de ese misterio es que Bosch casi nunca firmó sus obras, y casi seguro, así como la fecha en que vino al mundo ha de situarse entre 1450 y 1452, aunque sin excluir otras posibles fechas.

Otro dato cierto sobre Bosch es que fue un hombre de espíritu religioso, aunque abierto con toda seguridad a corrientes no ortodoxas dentro del cristianismo, puesto que parece que figuró como miembro activo de la secta secreta de la “Magia Negra” o algún movimiento similar, con lo que el pintor tuvo acceso a algunos conocimientos esotéricos cuando menos.

Por otra parte, la temática de Jerónimo Bosch en sus obras y especialmente en sus trípticos, está llena de símbolos, dedicados a las gentes de la Edad Media, una época en que la piedad del pueblo solo se aferraba a lo más conocido, y esos símbolos servían para reavivar los sentimientos religiosos de la gente sencilla.

Coincidiendo con los 500 años de su muerte, esta preciosa obra recopila las obras más importantes de su carrera como artista.