Este libro presenta los ejemplos más excelsos de iconografía rusa tardía (del siglo XVI a principios del XX), con obras que describen temas inusitados, como Cristo orando en la sinagoga, de un iconógrafo real anónimo y fechada a finales del siglo XVII, o la Representación de un iconostasio, del siglo XIX.

Estas obras maestras revelan todo un filón del legado cultural de Rusia relativamente desconocido para los especialistas hasta el pasado reciente.

Reunida durante los años revolucionarios en Kolómenskoye, la antigua residencia estival de los zares ubicada al sudeste de Móscú y transformada en un museo de arte de la Antigua Rusia, esta colección única de iconos rusos incluye conjuntos completos de iconos tomados de interiores de iglesias y monasterios en ruinas o derruidos.

Entre las joyas de la Colección Kolómenskoye figuran iconos que se remontan a los tiempos de Iván el Terrible (1530-1584), cuando la originalidad de las escuelas iconográficas de centros ancestrales como Nóvgorod, Pskov y Tver desapareció bajo el nuevo régimen político moscovita.
Las reformas acometidas por Pedro el Grande enel siglo XVII abrieron paso a la influencia occidental en todas las esferas del estilo de vida ruso; la iconografía rusa experimentó cambios trascendentales en materia de temáticas, estilos y detalles, y empezó a incorporar figuras históricas, paisajes y elementos arquitectónicos.

Algunos iconos muestran la arquitectura de toda una población, como una vista panorámica de Veliki Ústiug en un icono de mediados del siglo XVII, o una vista de la ciudad de Arcángel pintada en 1741. Centrándose en fragmentos de los iconos, este libro invita al lector a contemplar con cautela estas obras maestras e investigar los detalles por sí mismo.