Nazarathos
Solo faltan 14 generaciones. Colección "El sendero de la luz" Vol. III
Jose María Rodríguez Penela
FICHA TÉCNICA
- Editorial: Rudolf Steiner
- ISBN: 9788418919459
- Fecha de edición: 2025
- Nº edición: 1
- País: España
- Idioma: Español
- Encuadernación: Rústica
- Medidas: 15 x 23 cm
- Nº páginas: 184
Nazarathos
Solo faltan 14 generaciones. Colección "El sendero de la luz" Vol. III
Jose María Rodríguez Penela
Formato papel
[PRÓXIMO LANZAMIENTO]
pvp.17,00 €
«El mundo que hasta ahora conocíamos, se estremece. Los reyes y gobernantes de muchas ciudades no tienen suficiente con sus territorios, sus riquezas, sus posesiones. Su ambición está desbocada. Envían sus ejércitos a conquistar otras ciudades con el principal fin de saquearlas. Las personas mueren en gran número; muchas más son desplazadas y tratadas como esclavos. Los dioses a los que antaño suplicábamos ayuda, ya no responden. Solo los más fuertes sobrevivirán al gran cambio»
Transcurridas las 28 generaciones desde Abraham, solo faltaban 14 generaciones más para conseguir lo que Zarathustra había prometido a Ahura Mazda. Esta etapa comienza con la época del cautiverio en Babilonia del pueblo judío y en esa misma ciudad está el origen donde se desarrollaron los acontecimientos que condujeron al mayor acontecimiento de la historia. Este es tema del tercer libro de la saga.
«Para la tercera época Egipcio-Caldea, los Ángeles fueron los conductores independientes de los hombres. En el período anterior estos mismos Ángeles obedecían a seres más elevados, los Arcángeles. Pero durante el inicio del período greco la no debían dejar a los hombres abandonados a sí mismos, para intervenir más tarde en la evolución de la humanidad. Se «retrasaron» porque no reconocieron a Ahura Mazda, ni se sometieron a su dirección, por lo que siguieron actuando siendo fuerzas cuya labor era básicamente obstaculizadora. Estos seres son los que inspiran al hombre el pensamiento de que el mundo consiste en átomos. Zarathustra y más tarde Nazarathos, habían dirigido la atención de sus seguidores hacia el Sol (Ahura Mazda) donde residía el Magno Espíritu que debía descender a la Tierra, que ya había comenzado su camino a fin de intervenir directamente en la evolución terrestre».