La ciencia oficial de nuestros días niega absolutamente la existencia individual del alma. Todos los razonamientos espiritualistas han sido impotentes para demostrar que el principio pensante tiene existencia real. Tan solo descuidando voluntariamente los hechos irrecusables es como los materialistas pueden llegar a la negación de la individualidad del alma.

Es útil, fijar la idea sobre la manera cómo se debe considerar al alma, pues según que se haga de ella una entidad ideal ajena al tiempo y al espacio, o bien un ser dependiente en cierto modo de estas condiciones, las consecuencias prácticas que habremos de sacar serán del todo diferentes.

Para apoyar mi manera de ver, creo necesario establecer:

1.º Que el alma humana se halla revestida, durante su paso por la Tierra, de una envoltura invisible llamada peri-espíritu, de peri, alrededor y spíritus, de espíritu.

2.º Que después de la muerte, esta envoltura no se destruye.

3.º Que el estudio de las propiedades de este cuerpo espiritual, obliga a concluir que el alma preexiste al nacimiento.

4.º Que únicamente sobre la Tierra ha podido producirse esta evolución.

Gabriel Delanne

François-Marie-Gabriel Delanne, fue un espiritista francés y un importante defensor del espiritismo como ciencia.
El propio Allan Kardec visitaba a menudo el domicilio de la familia Delanne, hacia la cual sentía una viva amistad, pero murió cuando Gabriel Delanne acababa de cumplir 12 años.
Se graduó en Ingeniería y más tarde fundó la “Unión espirita francesa” y el periódico “El espiritismo”.
Pronunció conferencias por toda Europa y entendía que el periespíritu era el centro de los fenómenos espiritistas y distinguía entre el animismo y el mediumnismo.
Fue amigo del premio Nóbel de medicina Dr. Richet a quien ayudó en su obra: “¿Por qué vivimos?, la gran oportunidad”, también conocida por “Tratado de metapsíquica” (publicado en esta editorial).

En 1982 entró como representante en una sociedad simpatizante de los espiritistas, lo que le permitió desplazarse a menudo por Francia, así como por Bélgica y el norte de África.
Delanne no admitía la divinidad de Jesucristo, pero era muy creyente, casi un místico y todos los días rogaba a Dios, y entraba en íntima comunión en los momentos de meditación.
Quería situar al Espiritismo bajo el signo del realismo, fue el primero que trató de concordar el Espiritismo con la Ciencia.