Recuerda Marden en esta obra, de conformidad con los principios de psicología moral, que las riquezas, el poderío, la fama, los honores, la gloria, el amor mismo, cuando no trasciende la forma corporal, son goces que dejan siempre por heces el hastío y el desengaño. Que la única dicha, la perdurable felicidad consiste en la paz del alma y en la placidez de ánimo logradas por inversión de veleidoso deseo en firme voluntad entronizada en el solio de nuestro reino interior.

Pero si observamos las actuales condiciones del mundo nos parecerá fuera de propósito y como si se anticipara de un siglo a su época esta nueva obra de Marden que publicamos con el sugestivo título de "Ideales de Dicha".

"Ideales de Dicha", como todas las demás obras de Marden, proporciona a la juventud una excelente guía de autoeducación que por la escucha de sus consejos y la práctica de sus preceptos perfeccione la obra de la escuela y del hogar o la rectifique y enmiende si acaso fue desacertada, a fin de que saturando su ánimo de optimismo, complete la formación de su carácter con el consciente dominio de la voluntad puesta por entero al servicio de la raza humana.